miércoles, 6 de marzo de 2013

HAY QUE REACCIONAR……………. DESDE AYER.


                Últimamente, quiénes trabajamos en la gestión de personas estamos cayendo en una situación bastante pesimista sobre nuestra situación actual, nuestro futuro, nuestro papel….. Hablamos de que nos están situando en un papel secundario dentro de la empresa,  que nuestros objetivos y los de la organización están desalineados… En definitiva, que estamos siendo afectados por una regresión que nos sitúa como un gasto prescindible.
Hombre de negocios preocupado                Igualmente, no dejo de oír que esto no es lo que era, y que mucho menos es lo que esperábamos. Señalamos que hay mucho  “intruso”  rebotado de otros sectores profesionales. Que tenemos que romper esta  tendencia; que hemos de movilizarnos y liderar un cambio YA.
                Todo esto y más es cierto (sino totalmente, al menos al 85%). Sin embargo  me pregunto ¿qué queremos?. ¿A dónde queremos llegar?. Y sobre todo ¿QUÉ VAMOS A HACER?.

                A principios de este año me pregunté cuál iba a ser mi propósito profesional para el 2013. Y lo decidí rápido: LAS PERSONAS. Dar a la persona la consideración y el valor que se merecen (que nos merecemos) en nuestro ámbito profesional.   ¿Difícil?. Por supuesto que sí, dado el contexto que tenemos. ¿Imposible?. No, ni mucho menos.
Y creo que  -como muchos de mis compañeros señalan-  éste debe ser nuestro target en la situación actual; y éste debe ser nuestro futuro: VELAR POR UNA GESTIÓN JUSTA DE LAS PERSONAS, otorgándole valor más allá de los resultados y balances económicos.
Cualquier CEO, Director, Gerente,…. me dirá:  ¡¡¡ Mira qué mona, las cosas que dice¡¡¡ Y es verdad si nuestra perspectiva se limita al hoy por hoy. Pero hemos de mirar a largo plazo: igual que somos conscientes de que la marca de empresa es un proyecto a largo plazo,  igual que se invierte en otras líneas productivas o localizaciones con una visión de futuro.
Quién nos era  “útil”  cuando el negocio iba bien,  no es un inútil hoy. Y si lo fuera es porque en nuestra organización hemos permitido la existencia de inútiles y, por tanto,  hemos hecho mal el trabajo.
Quién no es capaz de adaptarse a las circunstancias actuales del mercado laboral a lo mejor no es el único culpable y por tanto no es el único que debe pagar el pato: quizás no se le ha formado bien para otros puestos; o se le ha encasillado en una única función ahogando sus inquietudes y capacidades.
Y cómo éste, mil y un ejemplo más.

Últimamente, estamos asistiendo a la formulación de nuevas teorías, leyes y propuestas sobre gestión de personas. Yo, por mi parte, estoy   “releyendo a los clásicos”. Y encuentro que en lo nuevo y en lo viejo hay aciertos y errores.
Gurús y profetas, clásicos y maestros formulan o han formulado doctrina   -acertadas o erróneas-, pero muy generales. Hoy, desde mi humilde opinión, necesitamos volver a la “localidad”  para una adecuada gestión de los humanos con recursos. Tenemos que ver cómo es nuestro pequeño mundo para actuar en consecuencia.
Es muy fácil decir que no hay que despedir a nadie (que tampoco se trata de eso). Lo que pretendo decir es que  -en más ocasiones de las que creemos-  la reducción de gastos de personal es  “pan para hoy y hambre para mañana”.
 Y para concluir, retomo el título de este post: tenemos que reaccionar ya. Para ello propongo unas pocas medidas:
-          Reeducar a la dirección de la empresa, enseñándole la importancia que cada persona tiene para su correcto funcionamiento de hoy y de mañana.
-          Que no toda solución buena para hoy  será igual de buena mañana.
-          Que los beneficios de una empresa no sólo provienen de una rebaja de gastos.
-          Que igual que se invierte en nuevas máquinas o materiales, hay que invertir en el personal.
-          Que la archifamosa Responsabilidad Social Corporativa no es sólo contaminar menos; que también se trata de asumir responsabilidades sociales.

¿Qué otras medidas se os ocurren a vosotros para cambiar ésto?.