miércoles, 5 de marzo de 2014

REESPERANZARSE


                 Me levanto oyendo la noticia de que las grandes empresas han bajado los sueldos en una media del 0,7%; llevo varios días oyendo o leyendo sobre encuestas en las que se señala que la gran mayoría de los ciudadanos  y las ciudadanas creen que la situación futura será igual de mala o, incluso, peor.

                ¿Dónde está el tan cacareado optimismo español?. ¿Qué narices nos está pasando?.  ¿Quién está haciendo algo por reesperanzarnos y quitarnos esta nube gris que tenemos encima como perpetua amenaza de tormenta?.

                Porque de verdad creo que necesitamos REESPERANZARNOS, necesitamos volver a creer en nosotros y nosotras mismas.  ¿Tan difícil es?. De entrada debo decir que esta palabra ni siquiera está recogida en el Diccionario de la RAE: no existe el verbo reesperanzar. Ufff, mal empezamos.

               

 Vale, pues si no existe este verbo, propongo que nos lo inventemos y lo conjuguemos entre todos y todas. Y como nos la vamos a inventar, podemos decir que es de la primera conjugación y regular,....  para que así sea mucho más fácil de usar y  -sobre todo-  de aplicar.
                                                                                                                        Fuente foto: felicidadpropia.wordpress.com

¿CÓMO NOS REESPERANZAMOS?.

                Ya he dicho que me gustaría que adoptarais la palabra y, sobre todo, el significado. Yo os propongo uno, pero evidentemente admito sugerencias:   volver a creer que estamos más que capacitados y capacitadas para salir del hoyo (con o sin ayuda de los poderes públicos).

                Veamos entonces como podemos ponerlo en práctica, cómo nos reesperanzaremos.

            a) RECUERDA:  Haz memoria ¿qué te hacía sonreír  antes de tener la crisis encima?. Seguro que la gran mayoría de esos recuerdos se refieren a situaciones sencillas y gratuitas.  Marcel Proust decía: “Ciertos recuerdos son como amigos comunes, saben hacer reconciliaciones.”

 
             b) ELIGE: Sí, eso mismo: ver el vaso medio lleno o medio vacío. Sé que a veces es muy complicado pero al menos inténtalo.  Según Helen Keller,  "el optimismo es la fe que conduce al éxito. Nada puede hacerse sin esperanza y confianza".

            Piensa ¿te sirve para algo estar todo el día con cara de amargura o pensando que nada ni nadie va a cambiar ésto?.
 

                c) EJERCE: No sólo vale con querer reesperanzarse; además hay que autoreesperanzarse (toma ya con la  palabra). Hay que pensar en positivo. 

                Cuando dudaba si podía conseguir algo, mi padre siempre me decía: el no ya lo tienes, ahora busca cómo tener el sí. Por tanto, convéncete de la necesidad de cambiar de actitud, conjuga este nuevo verbo.  

                Si procuras adecuar tu ropa a cada situación, ¿porqué no adecuar nuestra actitud?.  ¿Te imaginas llegar a una entrevista de trabajo autoconvencid@ de que no te lo van a dar?.  ¿O pedirle a tu jefa/e un permiso extra diciéndole de entrada sé que no me lo vas a dar porque está fuera de lo que dice el Convenio?.

                Actúa sin esperar a que otr@s lo hagan por ti: no puedes quedarte sentad@ y con los brazos cruzados porque no hay superhéroes ni superheroínas con un oído tan fino como para captar tus pensamientos.

             
                d) CONTAGIA. Sí, enséñale este nuevo verbo a tu familia, amistades,.... o deja que ell@s te lo enseñen a ti. Primero porque much@s esperan y necesitan de ti esa esperanza y ese optimismo que les permita seguir adelante.
 
                Y después porque, como ya te he dicho antes, la actitud positiva genera autoseguridad y ésta, a su vez, te servirá de motor y no de lastre.

Fuente foto: curadosdecancer.com     


            e) EXPLICA: Tanto si eres el mensajero de los dioses como  si tienes que dar malas noticias explica porqué. Lo peor que te puede pasar es que tu interlocutor/a piense que le estás mintiendo o que le estás utilizando,  porque difícilmente podrás recuperar la confianza de esa persona.

                Ya sabéis que soy fan absoluta de la comunicación,  porque creo que es la mejor forma de generar confianza, compromiso y transparencia. Por ello, cuando expliques di toda la verdad y nada más que la verdad, procurando ser lo más objetivo posible. Sólo así tu interlocutor/a tendrá datos suficientes que le permitan formarse su propia opinión sin atender a rumores, tergiversaciones,.....

 

Ahora te propongo que sigas este ejercicio: yo me reesperanzo, tú te reesparanzas, él/ella se reesperanza,............