lunes, 23 de septiembre de 2013

CUANDO TU JEFE/JEFA ES UNA "SUEGRA".


 

                Si en las relaciones familiares hay una figura que se identifica mayoritariamente con problemas es la de la SUEGRA. Pronunciar esa palabra suele evocar una imagen mental de señora mayor, entrometida, intolerante, de mal carácter,....... Y eso en los casos menos exagerados.

                Poc@s reconocen llevarse bien con ella; y mucho menos tenerle un mínimo de afecto. La suegra es ese personaje incómodo al que hay que aguantar por narices o, cuando menos, por una necesidad de reciprocidad: yo   "aguanto"   a la madre de mi pareja para que mi pareja "aguante"   a mi madre.

                Y con esos topicazos vivimos, sin cuestionarlos ni intentar modificarlos. Incluso yo creo que las mujeres tenemos tan asumido ese estereotipo, que nos esforzamos (nos esforzaremos) por llegar a desempeñar el rol absolutamente opuesto.
 
 
                                                                                                        Fuente cumbresborrascosas.info
 
                 Pues bien, con el jefe/la jefa pasa lo mismo: la mayoría incurrimos en el topicazo de que nuestro jefe o nuestra jefa son el ejemplo perfecto y paradigmático de  la intolerancia, la distancia, casi la tiranía y, desde luego, la antipatía.  Tenemos que soportarlo sin más remedio y  suplicamos porque sus visitas a nuestra casa (reuniones, llamadas, etc.......) sean escasas en el tiempo y cortas en su  duración.

                ¿Y si un día nosotr@s nos convertimos en jefes o jefas?.  ¿Haremos algo para borrar esa imagen, para convertirnos en el extremo opuesto a la persona a la que estamos  "soportando"  diariamente?.  ¿Somos capaces de entender los motivos que le llevan a actuar de una u otra forma?.  Y ¿de verdad nuestr@ jefe/jefa es tan mal@ como lo pintamos?.

                personaje de dibujos animados ilustración vectorialAl igual que ocurre con tu suegra, la presencia de tu jefe/jefa en tu vida diaria es inevitable y, obviamente, las relaciones personales no se construyen siempre en base a la simpatía; no puedes apreciar a una persona sólo porque esté ahí.



 

                Pero, dado lo inevitable,  si te conviene adoptar trucos o técnicas para   -cuando menos- mantener una relación cordial,  educada con tus jefes y/o jefas, evitando en lo posible vivir en un infierno.
 

                1.- Valora:  ¿lo que quieres cambiar es tan importante como para arriesgarte a crear una situación incómoda?. ¿De verdad no puedes soportarlo?. ¿No hay nada que compense?.

                No se trata de agachar la cabeza y pasar por el aro. Se trata de ver los pros y contras de cada situación, haciendo un balance y obteniendo unos resultados, EN FRÍO, a partir de los cuales se decida actuar o dejar las cosas como están.

                A veces, el asignar un rol a una persona implica crear un estereotipo inamovible y alejado de la realidad.  ¿Encajas tú a la perfección en el estereotipo del/la empleado/a quejica o floj@, pasota, irresponsable.....?

                 2.- Acepta lo inevitable:  tu jefe/jefa estará ahí todos los días. Y, además, no va a cambiar y hacer las cosas como tú quieres.  ¿Lo harías tú?.  Cada persona es como es; lo importante es buscar los puntos en los que podáis coincidir.

                 3.- Sé flexible: tú también tienes tus cosillas. Tod@s las tenemos. Tu forma de actuar no es la única...... y quizás sea tan acertada o tan desacertada como la de tu jefe/jefa.

                Recuerda que pertenecer a generaciones, círculos o ámbitos educacionales distintos puede marcar  grandes diferencias entre las personas; ni malas ni buenas, diferentes. Por ello, procura detectarlas y aceptarlas antes de pretender dar un giro de 360º a la situación.

                 4.- Tienes otra vida: sé que, a veces, desconectar totalmente del  trabajo es imposible. Pero regodearse en la pena es lo contrario a cualquier hábito de higiene mental. ¿Te sirve de algo más que para  un desahogo momentáneo andar dándole vueltas todo el rato a lo mismo?.  Si intentas desconectar, si procuras quitarle importancia a ese gesto de tu jef@, evitarás convertir un defecto en un fuente de conflictos permanente.


                5.- Habla y escucha: muchas veces nos quejamos de las cosas ante personas que no tienen el poder de solucionarlas. ¿Has probado a decirle a tu jefa/jefe lo que te molesta de su trato o lo que tú crees que es mejor para el negocio?. ¿Has intentado hacerle llegar tus puntos de vista, tus sugerencias?.

                Desde luego, actúa con educación y prudencia al exponer tus quejas y sugerencias (sobre todo si tienen un carácter no estrictamente laboral), buscando el momento más adecuado, y  sobre todo, el tono más cordial posible. Sería perfecto, en lo posible, buscar un momento fuera de la oficina en los que amb@s os sintierais relajad@s. Y, claro está, hazle ver que tu intención no es dominar la situación, ni reclamar una atención especial ni imponerte.  

                Pero desde luego tienes que estar dispuest@ a la retroalimentación: quizás a tu jefa/jefe también hay cosas de ti que no le gustan.
         

                 6.- No compares: además de que las comparaciones son odiosas, pueden salirte muy mal. Nunca le digas a tu jefe/jefa  que su antecesor/a hacía algo mejor que él/ella, porque puedes conducirlo a una situación de inseguridad de la que sólo resultará una barrera más que infranqueable.

                Tampoco le digas que a tu compañer@  le trata mejor que a ti o en la forma en que a ti te gustaría ser tratado. Si  lo haces, seguro que te devolverá un argumento en el que tú serás el/la malo/mala y que le ayudará a justificar esa diferencia.

 

COMO SIEMPRE, PIDO TU COLABORACIÓN:  ¿QUÉ TRUCOS USAS TÚ PARA LLEVARTE BIEN CON TU JEFE/JEFA?.