jueves, 17 de octubre de 2013

El eslabón más débil de TU cadena.


            En el Diccionario de la Real Academia,  la palabra  "cadena"  tiene muchísimas acepciones. Para este artículo  -y de momento-  voy a quedarme con dos:  1. f. Serie de muchos eslabones enlazados entre sí.  5. f. Atadura inmaterial.
         Como tod@s sabemos, la mayoría de las organizaciones o empresas son  una cadena; no sólo en lo que se refiere a la organización del proceso productivo, sino también por lo que se refiere a su capital humano: cada persona es un eslabón. Y entre los distintos eslabones se establecen ataduras inmateriales de muchos tipos: económicas, afectivas, jerárquicas, etc....
           
Y en toda cadena hay una parte más frágil, un eslabón más débil. Pero este eslabón es muy importante porque  -según donde esté situado-  puede producir la ruptura de toda la cadena.
 
Causas de la debilidad:
            Dejando a un lado las que derivan del propio eslabón, de la persona (tales como enfermedad, personalidad,...), me gustaría dar un repaso a las causas que derivan de la forma en que se gestiona la organización/la cadena.
                         - Plantillas infradimensionadas. En situaciones de reestructuración,  acumulación continuada de trabajo, .... se realiza un volumen de trabajo igual o superior con  menos o igual número de trabajador@s, generándoles un estrés permanente.
            Muchas personas son capaces de soportarlo durante un período más o menos prolongado de tiempo; pero todos los eslabones  -a la larga- sufren un desgaste importante que deriva en desmotivación, bajas médicas, ...
                         - Metas inconcretas o variables.  Cuando la organización no tiene un plan claro de actuación, cuando actúa sin una meta concreta, cuando responde a las cosas según vienen pero sin previsiones a medio o largo plazo, la cadena se moverá desde un lado hasta el contrario.
            Los eslabones se van sacudiendo y se mueven sin saber cuál será la dirección del siguiente movimiento; se vuelven locos, se pierden en una marea de órdenes, contraórdenes e impulsos repentinos.
                         - El castigo al bueno. En muchas empresas nos encontramos con dos figuras típicas   "el espabilao o la espabilá"  (a quién no se le puede pedir que haga más allá de lo justo o quien tiene una facilidad pasmante para echar balones fuera) y el tonto o la tonta: aquella persona a la que se recurre cuando otra falla, siempre dispuest@ a ayudar más allá de su responsabilidad,...  Y, como nunca se queja, se tiende a cargarle con todo. Es más fácil recurrir a ell@s que ponerte a discutir con el verdadero o la verdadera responsable.
            Pero ese tonto/esa tonta algún día quiere espabilarse, aunque sea por un ratito. Ese día se negará en redondo a ir más allá de su trabajo. Está quemad@.  Ese día dejará de sentirse parte de la cadena y empezará a dejarse arrastrar por inercia.
                         - La ignorancia: la división jerárquica de la empresa o de un departamento,  la simple forma de hacer de un/a superior/a,...  hace que los trabajadores y las trabajadoras no sean escuchad@s, que no se les tenga en cuenta.
            Este eslabón no se siente identificado con su cadena y procurará desengancharse de ella  a la mínima ocasión que les surja. ¿Qué harás, como empleador, para evitarlo?.
                         - "El ermitaño/la ermitaña". Me refiero a l@s  trabajador@s que se caracteriza por  "transitar"  más que por trabajar. Están ahí, pero poc@s los conocen más allá de su nombre y sus funciones. No son candidat@s a ascensos o a  promociones, no se relacionan con nadie o con casi nadie (y mucho menos fuera del trabajo), si faltan un día, casi no se nota.
            Pero ¿nos hemos preocupado por saber si son eslabones oxidados de nuestra cadena?. ¿Sabemos por qué actúan así?. ¿Hemos actuado como buenos empleadores y gestores?.
                        - "Segismundo/Segismunda": me refiero al protagonista de  "La vida es sueño". Podemos describirles como los eslabones que tienden voluntariamente a romper la cadena porque están en contra del sistema.  
            Reitero la pregunta: ¿sabemos porque viven en la cueva?. ¿Sabemos por qué provocan la tensión para forzar la ruptura?. ¿Nos merece la pena soportar esa tensión?.
 
            Dije al inicio de este post que el Diccionario de la RAE contemplaba más definiciones de la palabra cadena. Ahora quiero citar otra más, a modo de cierre y para recordar la importancia de que la empresa sea una cadena sólida:  
 
            El capital humano de una empresa debe ser y debe ser gestionado como una  "Sucesión de elementos, dirigidos al mismo fin, que funcionan enlazados de manera que cada uno recibe información del anterior, actúa o no sobre ella y la transmite al siguiente" (acepción 21.)
            Las empresas deben actuar, respecto a su personal, buscando la reacción en cadena. Todos deben ser eslabones sólidos, que se muevan en el mismo sentido y con el misma ritmo: de forma acompasada, grata, coordinada, armoniosa y proporcionada.