miércoles, 11 de diciembre de 2013

DESEABILIDAD SOCIAL Y REDES SOCIALES


                Leyendo hoy un magnífico artículo de Manuel Yañez, me ha surgido una reflexión a propósito de la   "deseabilidad social".
 
UNA  DEFINICIÓN  RÁPIDA.
                En el ámbito de la selección de personal, entendemos por deseabilidad social “la tendencia de los sujetos a idealizar sus respuestas,  según estereotipos introducidos por la valoración social de deseabilidad” (Matesanz,  1997). O, en palabras de Nicolás Seisdedos  "la adaptación inteligente".

         Es decir, y simplificando, la conducta por la cual los sujetos, al contestar determinadas preguntas, dan las respuestas que consideran más adecuada en función del entorno en el que se le hacen esas preguntas o de la finalidad que persiga el cuestionario. De otro modo: en vez de responder con sinceridad, dicen lo que creen que les va a ayudar a  "quedar mejor", lo que creen más  "políticamente correcto".

                Y esta tendencia  o conducta  se acrecentará  más cuanto  más importante sea  -para el individuo-   el objeto o la finalidad de las preguntas que se le formulen: ¿pones o pondrías el mismo interés en contestar un test en un proceso selectivo que en una encuesta telefónica sobre el tiempo que ves la tele?.   Normalmente ¿a quién tienes más interés en impresionar: a tu jef@ o a tu fruter@?.

                Una precisión: cuando hablo de deseabilidad social no me refiero a la CAPACIDAD de las personas de ADAPTAR nuestro lenguaje, nuestro comportamiento,.... al entorno, al interlocutor, a las circunstancias,... etc., sino a la CONDUCTA (más o menos consciente) que nos lleva a CAMBIAR  nuestro lenguaje, comportamiento,.... en función de lo que consideramos que nuestro entorno, nuestro interlocutor o las circunstancias van a considerar que es lo más correcto.

                Y que quede clara una cosa: tod@s buscamos la aceptación (ser parte de) y el reconocimiento (ser mejor o, al menos, igual que). Tod@s, por la naturaleza humana,  adoptamos una conducta de deseabilidad social en nuestra vida.  Por tanto, la deseabilidad no es ni buena ni mala per se.
  

EFECTOS DE LAS REDES SOCIALES EN LA DESEABILIDAD SOCIAL.
opciones, cuestionario, encuesta de opinión, por escrito                Siempre que se pide a una persona que responda a un test o prueba similar, se le advierte que debe ser lo más sincera posible. Seguro que quienes realizan o han realizado reclutamiento nos reconocemos en la muletilla:  "sed sinceros, porque no hay respuestas buenas o malas, sino respuestas sinceras".
 

                Y no las hay por razones evidentes: la consideración de lo que es bueno o lo que es malo puede variar de una persona a otra, de un  país a otro,  o incluso de una ciudad a la vecina. E, igualmente, cambia casi de una semana a la siguiente.  Incluso, cada un@ de nosotr@s puede tener  distintos criterios de maldad y bondad,  según la hora del día.
                Quiero decir: la  tendencia a lograr la deseabilidad social, a moverse exclusivamente por lo que en cada momento debe considerarse bueno, malo o regular,  está influenciada por una multitud de factores, circunstancias y situaciones. Y esto es así desde siempre.

                En un estudio publicado en 2001, Pablo Briñol y  otros autores  concluían que los individuos que tienen una alta deseabilidad social:
                -  son más fáciles de persuadir (especialmente usando incentivos);
                - revelan una mayor dificultad para discernir entre la realidad de los hechos y los argumentos con los que esos hechos se le presentan;
                - son más permeables a la opinión, creencia e influencia de tercer@s, especialmente cuando consideraban a es@s tercer@s como expert@s.
 
                     ¿No nos reconocemos tod@s, en algún momento, en estas características?
 

                A efectos de este post, quiero centrarme en la permeabilidad señalada.  ¿Cómo contribuyen las redes sociales a la deseabilidad social?. ¿Cómo nos impulsan las redes sociales a buscar y a modificar lo que consideramos   "más socialmente correcto"  en cada momento o cada situación?.  Las redes sociales ¿nos hacen más permeables?.

                Creo que la respuesta variará según la finalidad con la que nos movamos en esas redes. Veamos algunas posibilidades:

                - Buscar trabajo. Ya he dicho que -igual que l@s reclutador@s buscamos información en las redes de posibles candidat@s, ést@s están pueden (y deben) buscar datos sobre la empresa a la que quieren optar y, cómo no, de la persona encargada del proceso selectivo.
                Los blogs (personales o de empresa), los tweets, las fotos, los me gusta, ..... reflejan la cultura, los valores y las preferencias de sus autor@s.  Un seguimiento más o menos prolongado de estos elementos puede condicionar a posibles candidat@s a adoptar, al menos provisionalmente, la cultura de esa empresa, de es@ reclutador/a.

                Esta es, a mi juicio, la situación de deseabilidad social, de adaptación inteligente, más   "comprensible", ya que suele obedecer a un instinto casi primitivo de supervivencia.

                - Buscar reconocimiento personal y/o profesional. Tod@s tenemos ídolos, gurús, creador@s de tendencia,..... Se trata de personas a las que admiramos casi incondicionalmente y de las que solemos aceptar sus opiniones casi sin cuestionarles nada.
                El peligro de la conducta de deseabilidad social en estos casos (en mi opinión los más peligrosos) es convertirnos en meros  "contadores de retweets";  es decir,  el peligro es llevar la admiración hasta el rendimiento, de forma que cambiemos nuestras ideas sólo porque lo dice el/la gurú de turno y  para obtener así su aprobación.

                Y con un añadido: la velocidad con la que cambian los  "líderes"   del mundo 2.0  obliga a l@s fans a ir cambiando de opinión aceleradamente, lo cual les  llevará a una situación de cacao mental, de indefinición y de ambigüedad que,  a la larga, borrará el poco reconocimiento conseguido.

                Además, debemos recordar que,  cuando seguimos a una persona sin cuestionarle nada,  estamos desaprovechando la oportunidad única de aprender cuestionando.

                 - Buscar provocación. Estamos aceptando ya que el hecho diferencial es hoy el  "must have". Tod@s debemos aportar un valor único, personal e intransferible, que nos haga destacar sobre el resto de nuestr@s competidor@s.
                Quizás por eso, últimamente asistimos a la corriente de los  "antisistema sistematicos"  o provocadores profesionales,  esas personas que  -por sistema-   llevan la contra a todo lo que se considera instituido, sean corrientes de pensamiento, líderes, procedimientos,.....

               Pero  diferenciación o discrepancia no siempre significan provocación.  L@s provocador@s profesionales no son quienes aportan ideas novedosas, innovadoras y  "rebeldes", ni quienes tienen contraargumentos sólidos;  sino  quienes se oponen a algo porque sí,  sin más argumento  que la mera oposición. En estos supuestos, la deseabilidad social implica una conducta  de reto permanente. 
                Y,  si por alguna casualidad,  las   "ideas"   del provocador/de la provocadora encuentran eco, ¿cuánto tardará su autor/a en cambiarlas y buscar un nuevo reto?.

Como en muchas ocasiones, permíteme lanzarte una pregunta

¿te reconoces en alguna de estas conductas de deseabilidad social?.  ¿Sabes  ya qué puedes  hacer para solucionarlo,....  si quieres?.