Hoy mi hijo y un amigo (ambos de 11 años) tenían que hacer un trabajo sobre las familias. Resumiendo mucho el diálogo tan divertido que han mantenido ambos, este crío respondía a una de las preguntas diciendo que su madre no trabajaba; que sólo estaba en casa; pero que siempre decía “que era la esclava”.
Y el crío protestaba: “para esclavo yo, que tengo que estudiar y examinarme y sacar buenas notas y no puedo jugar a la play nada más que los fines de semana”.
Cuando le tocó a mi hijo responder, dijo que su madre era un montón de cosas. Pero que a él lo que más le gusta de todo lo que yo hago es eso de “SELECCIONAR RECURSOS HUMANOS”, (me temo que lo que de verdad le gusta es el título) porque ningún padre ni ninguna madre de su clase era eso.
El amigo le pide que le explique qué es eso, que qué hago yo. Y mi hijo empieza a dar explicaciones sobre poner anuncios, hablar con empresas, hablar con gente que quiere trabajar, leer cartas,….. Y al final concluye: “mira, mi madre es oejeadora, como Monchi (el ojeador del Sevilla F.C.). Tiene que buscar a la gente que es más buena para trabajar en un montón de empresas que ella tiene”. 
En el lío de conceptos, propiedades y papeles que se ha hecho mi hijo en las explicaciones (quizás yo deba pararme a dar unas ideas más claras), me ha encantado cómo ha encontrado una imagen corta, simple y clara de esta profesión: buscar a la gente más buena para trabajar.
Otra cosa será explicarle que no siempre es posible encontrar a los mejores o quedarte con ellos cuando los encuentras. Pero eso creo que debe esperar un tiempo.
