jueves, 5 de noviembre de 2015

HORIZONTALIDAD VERSUS ANARQUÍA.


           Para algunas personas, hablar de organizaciones horizontales o planas equivale a hablar de anarquía  o de  ausencia de todo poder, liderazgo o disciplina. Y nada más lejos de la realidad,...... al menos cuando las cosas se hacen bien.

            Porque considerar que una organización horizontal es una lucha de egos (que pretenden imponer sus propios criterios) o una dejadez de responsabilidades (no hay "jef@s", no hay que dar cuentas a nadie)  es no entender nada. Me explico:

 
1.- Horizontalidad no es ausencia de liderazgo o de jerarquía.
                        a) Siempre habrá un LÍDER   (que no un/a  "jefe/a" en el sentido más tradicional del término),  porque siempre se requerirá una persona que defina los objetivos finales a alcanzar  (que deben pactarse con el equipo);  se necesitará constantemente un supervisor o supervisora que impulse la consecución del objetivo grupal y que motive al equipo,,...... Es decir, siempre se requerirá un/a guía.
 
 
                        b) Incluso pueden y deben existir vari@s líderes/as:
                                   * el/la líder aglutinador/a o coordinador/a, que asumirá esa función principal de guía o conductor del equipo y supervisará tanto la marcha de los objetivos prefijados como el buen funcionamiento del grupo;

                                   * el líder/ la líder de cada proyecto o, incluso,  de cada fase del proyecto que se acomete; es decir, se crearán   liderazgos  "rotatorios".  Esto, lejos de ser un problema, debe ser una gran ventaja: compartir el estrellato puede ser una buena cura de humildad y, sobre todo, permitirá crear un equipo más cohesionado,  en el que cada miembro conocerá su propia importancia.
 

2.- Horizontalidad no implica ausencia de responsabilidad individual.
                        a) Cooperación y colaboración.  Para que  el líder no sea quien ordena y manda,  sino quien guíe y coordine, es necesario que su equipo le muestre su compromiso y le preste cooperación y colaboración.

                        b) Para ello, cada persona del equipo o de la organización deberá asumir toda la responsabilidad tanto por las funciones propias de su trabajo como por la consecución del objetivo grupal:  nadie debe esperar a recibir una orden para actuar, sino que cada miembro debe saber cuándo y cómo ponerse en marcha.
                        c) Es decir, las ventajas de  libertad y  autonomía que deben derivarse de una organización horizontal, tienen una contrapartida:   OBLIGAN a cada uno de los miembros a asumir sus obligaciones en pro del objetivo común  que les une.
 
                        d) Además, la posibilidad de que exista ese  liderazgo  "rotario"   y que  cada miembro deba asumirlo en uno u otro momento,  convierte a cada persona en socio del proyecto común  (compromiso).
 

 3.- Horizontalidad no significa ausencia de reglas.
                        Todo grupo humano requiere unas normas de funcionamiento, y las organizaciones horizontales no pueden ser menos.  Pero el tener un sistema de mando menos rígido, presenta varias ventajas:

                        a)  se eliminan reglas o sistemas más burocráticos que útiles: la cercanía del líder-guía  con el equipo hace innecesaria la existencia de personas interpuestas que actúen como transmisores de mensajes, peticiones y autorizaciones;
                        b) las reglas pueden revisarse casi sobre la marcha, en función de las necesidades concretas que vayan surgiendo;
 
                        c) como consecuencia de lo anterior, la organización se mueve de forma más rápida y activa, facilitándose enormemente la capacidad de respuesta ante los cambios o incidentes que pueden surgir.
 
 
Foto Pixabay.