Este
artículo podría llamarse también "cuando la gente piensa que la Justicia es injusta".
Y es que, últimamente, no paran de
preguntarme por tal o cual Sentencia o caso de actualidad: "¿Te
parece justo lo poco que le ha caído al Roca?. ¿Cómo es posible que el Carcaño esté
choteándose de esa forma de todo el mundo?".
Todas
estas preguntas suelen ir seguidas de expresiones como "la Justicia de este país es una
porquería", "robar mucho dinero sale más barato que
llevarte una caja de leche de un supermercado"; "la justicia es cosa de
ricos",......
Para
mis querid@s lector@s de fuera de España: Roca era asesor del Ayuntamiento de Marbella,
un pueblo muy asociado al desarrollo urbanístico, cuya tesorería ha sido objeto
de desfalcos, robos, malversaciones,..... Hace un par de días se hizo pública
la sentencia condenatoria, y ni la pena de prisión (11 años) ni la multa (240
millones de euros), impuestas a este
Señor han satisfecho a nadie.
Y
"el Carcaño" es un chico muy joven, condenado por asesinar a su exnovia hace 4 años. El cuerpo de la chica
aún no ha sido encontrado, a pesar de las muchas búsquedas que se han
realizado, dado que el asesino ha dado distintas versiones sobre lo que hizo con
el cadáver de la chica.
Y no seré yo la que asegure que la Justicia
nunca se equivoca. Los errores judiciales
son como las meigas: haberlos, haylos.
Pero,
admitido esto, también debo decir que no
todas las Sentencias o actuaciones judiciales que nos parecen injustas lo son
realmente.
Entonces ¿porqué se
produce este "divorcio" entre
el derecho/la justicia y la sociedad?. Pues,
sinceramente, creo que hay varios
factores o causas, algunas de las cuales no nos van a gustar en absoluto.
Sin
ánimo de ofender: ¿nos creemos todo lo que nos cuentan en los medios de
comunicación?. ¿Damos por sentado que lo que dicen l@s periodistas es la
versión íntegra y objetiva de todos los documentos, pruebas, evidencias,....
que existen en un caso?.
Si
hemos contestado afirmativamente a ambas preguntas, sólo puedo decir: Houston, tenemos un problema. No es que los medios de comunicación nos mientan
porque sí, intencionadamente; puede ser que no manejen -porque no deben- toda la información del caso que nos venden.
Pero sobre todo, pueden estar dando carácter de certeza a los errores derivados
de la investigación judicial y/o policial. Permitidme citarme a mí misma:, recordando un
artículo escrito hace pocos días sobre los juicios paralelos y la presunción de inocencia
Además,
creo que -en general- adolecemos
de una mínima formación en derecho. No digo que todas y todos tengamos que
ser abogados, jueces, procuradores,... Digo que tod@s deberíamos exigir que, desde el colegio, se nos enseñaran cuáles son nuestros derechos y obligaciones básicos. Y,
por supuesto, deben enseñarnos cómo, cuándo y dónde ejercerlos o cumplirlos.
Por
ejemplo: decimos que la Constitución garantiza el derecho al trabajo y el derecho
a la vivienda. Y es cierto: ahí están los artículos 35 y 47, respectivamente,
de esa norma. Pero ¿sabemos que la forma de pedir que se cumplan estos derechos
es distinta por el Capítulo en el que se encuentran?. Leed, por favor, el artículo 53 de la Constitución.
En
ocasiones, también nos falta un mínimo
de empatía, respeto y reciprocidad: pedimos que la justicia sea rigurosa
con l@s demás. Pero, cuando me toca a mí o a los míos, seguro que soy más
propensa a pedir benevolencia y piedad, que a pedir severidad.
A
raíz de casos muy sonados, estamos acostumbrad@s a oír lo de "y ahora el abogado dirá que
está loco y le caerá na y menos". Pero ¿sabemos
que enajenación mental, la locura, no siempre implica que una persona quede
exenta de cualquier responsabilidad penal?. ¿Sabemos que esa locura debe acreditarse adecuadamente para que pueda aplicarse al/a la delincuente?.
Las
leyes se elaboran y se aplican por personas. No conozco ninguna ley que sea tan taxativa, tan cerrada, que no
permita una interpretación. Y si alguien conoce alguna que, por favor, me
lo haga saber inmediatamente. SE RECOMPENSARÁ.
Ello implica subjetividad. Pero la
subjetividad, que no siempre es mala y ni siquiera evitable aunque nos
empeñemos, también tiene unos límites: los recursos, las revisiones, el derecho fundamental a la tutela judicial,
..... Es decir, estamos dotados de muchos mecanismos para, sino evitarla, al
menos controlarla.
Y
he dicho que la subjetividad no siempre
es mala: ¿recordáis a Emilio
Calatayud?. Este señor era Juez de
Menores de Granada y se hizo conocido porque, aplicando sus criterios
personales, su subjetividad, imponía a los menores penas no privativas de
libertad, porque consideraba que el internamiento no era la mejor solución en
algunos casos; este señor decía que cuando al menor se le encerraba en un
centro de internamiento, acaba aprendiendo cosas peores. ¿Nos parece mal esta
forma "personal " de interpretar la ley?. Este juez ¿ha actuado injustamente o, por el
contrario, ha hecho gala de un gran sentido común y un gran conocimiento de la
realidad?.
Y
sobre todo: las leyes son las que son.
Quienes manejan las leyes (jueces, fiscales, abogados, funcionarios...) aplican
lo que hay; no pueden inventarse una ley para nosotr@s, por muy bien o muy mal
que les caigamos.
En
cualquier caso, ¿sabemos que los ciudadanos tenemos la capacidad de pedir que
se modifiquen las leyes o que se dicten otras nuevas?. Leed, por ejemplo; el artículo 87.3 de la Constitución sobre la
tan famosa "iniciativa legislativa
popular".
Cerrando
este artículo, para que no sea demasiado denso, y a modo de conclusión, podemos decir que existe un conflicto entre la sociedad y el derecho
o la Justicia. Pero, quizás, si conociéramos un poco mejor nuestros derechos y
obligaciones, los derechos y
obligaciones de l@s demás y los mecanismos y recursos con los que contamos todos
y todas (juristas y no juristas), ese
conflicto podría no llegar a un divorcio definitivo.
Por
ello, os invito a leer, a formaros un poco más sobre nuestras leyes más
importantes. Y no sólo me refiero a la Constitución; también a los Estatutos de
Autonomía, al Estatuto de los Trabajadores, al Convenio Colectivo de vuestra
empresa, al estatuto de vuestra comunidad de propietarios,...
Con ello, quizás nos reconciliemos un poco
con nuestra justicia. O, cuanto menos, tendremos claro qué podemos y que
debemos hacer y/o que podrán "hacernos".