viernes, 2 de enero de 2015

EL "PODER" DEL MIEDO.


                 Hace unos días, mis   "vecinos"   en el tren, comentaban sus peripecias profesionales. Y uno de ellos, provocaba las carcajadas del otro diciéndole lo   "bien que se lo pasaba"   y  "el subidón de adrenalina"  que sentía cuando llamaba a la gente a su despacho.  Muerto de risa, y yo diría que hasta orgulloso,  señalaba la cara de  "acojone"  de todo el que pasaba por allí, pensando que le iba a despedir o a rebajarle el sueldo.

 
                Además de ineducado e inhumano, este  "señor"  es un auténtico suicida si cree que el miedo es una buena herramienta para gestionar personas.  (Por cierto, Señor de Guindos, la gente SIGUE TENIENDO MIEDO a perder su trabajo. Dese un paseíto por la calle).
 
 
 

               
                A mi  "vecino", habrá que recordarle que MIEDO y AUTORIDAD NO SON SINÓNIMOS PERFECTOS,  que MIEDO y RESPETO NO SON ELEMENTOS INCUESTIONABLEMENTE CONCATENADOS.  Más bien al contrario.
 
                La buena gestión de personas requiere un ejercicio con AUTORIDAD, pero siempre que ésta se entienda como prestigio y crédito que se reconoce a una persona por su calidad y competencia;  es decir, por su buen hacer y por sus conocimientos,  y no por el miedo que sea capaz de generar en otras y/u otros.
 
                Por ello,  EL  BUEN EJERCICIO DE  LA AUTORIDAD  requiere que quien la ejerza  actúe:
                               * con sentido común, aplicando su calidad y competencia;
                               * sin imposición;  con apertura al diálogo y el debate;
                               * con confianza en lo que está haciendo o diciendo;
                               * con claridad y transparencia,  exponiendo sus argumentos y la información que posea y toda la que sea necesaria transmitir;
                               *con sencillez y humildad, sin pretender que su pericia sea el único catecismo.
 
 
                Del buen ejercicio de la AUTORIDAD sí obtendremos el RESPETO DESEADO, entendiendo éste como consideración y aceptación hacia quien ejerce la Autoridad. Reitero y resalto: aceptación, que no imposición.
 
                En mi opinión, EL MIEDO es el peor elemento que se puede aportar en una relación, de cualquier tipo que ésta sea. El MIEDO genera  rencores, falta de respeto, imposición, desapego, ...... y hasta odio en los casos más extremos.
               
                El MIEDO se acaba perdiendo  (ejemplos no faltan en la historia). Sí, más tarde o más temprano, el/la atemorizad@ dejará de estarlo y entonces  ¿cómo te ganarás su respeto?.