No, no puede ser algo que una vez conquistamos (quizás con mucho esfuerzo/dinero)
y que luego olvidamos expuesto en una estantería. Y tampoco puede ser uno de los cromos de una
colección que, una vez completada, guardamos en un rincón y no volvemos a
mirar.
Al talento hay que convertirlo en útil,
utilizable y utilizado. Decir que tenemos a un/a licenciad@ en XXXXX
sirviendo las copas en nuestro bar no es algo de lo que presumir. Creo que estas situaciones dicen pocas cosas
buenas de la situación del país.
Pero tampoco habla bien de quien exige más de lo que realmente se necesita para realizar las funciones de un
puesto concreto.
Al talento hay que ponerlo a trabajar, CADA
DÍA.
De lo contrario se oxidará y perderá todo su sentido y
valor. ¿De qué nos sirve tener algo que en su momento tuvo valor
pero que hoy se ha quedado obsoleto?.
Al talento hay que retarlo constantemente. Quien tiene un talento, tiene un tesoro y
quiere recibir el valor que le da. Pero ese valor no sólo se mide en
dinero: ya sabemos que el crecimiento personal y profesional
es la nueva moneda.
No se trata de exigir que cada día nos ofrezca un invento, una receta
mágica,… se trata de que se vaya preparando, formando, para que esté listo cuando
lo necesitemos.
Si queremos presumir del talento que tenemos en
nuestra organización, debemos tener causa para ello. Es decir, hemos debido de ser capaces de:
* rodearnos de personas que quieran trabajar CON nosotr@s, no de
quienes no tengan más remedio que aceptar lo que le ofrecemos;
* hacer que ese talento sume a nuestros propósitos, a nuestro negocio,
no que se limite a ser una anécdota o un adorno en un curriculum;
* sacar rendimiento de lo que tenemos.
Lo que no se usa, ocupa mucho espacio y, al final, acaba
desvencijado y en la basura.
Elbert Hubbard decía que “Existe algo mucho más escaso, fino y
raro que el talento: la capacidad de
reconocer a los talentosos”. Y Warren Bennis
añade que “la manera de atraer y motivar a las
personas determina el éxito de un líder”.
Además, de acuerdo con Frederick Herzberg,
“la verdadera motivación viene del logro, desarrollo
personal, satisfacción en el trabajo y reconocimiento”.
Dicho todo lo anterior, sólo nos queda hacer una pregunta ¿cómo quieres gestionar el talento de tus RRHH, como una colección o como una inversión?
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