Al igual que , a
partir de un determinado momento, debemos dejar que nuestros hijos e hijas
emprendan el vuelo, se caigan y vuelvan a intentarlo; al igual que,
cuando alcanzan una determinada edad, debemos dejarles que tomen sus
propias decisiones y asuman las consecuencias,
así debemos actuar con l@s profesionales que trabajan con nosotr@s: tienen el derecho a equivocarse.
EQUIVOCARSE ES UN DERECHO,.... Y UN RIESGO QUE DEBE ASUMIRSE.
De acuerdo con el viejo dicho, "sólo el que toca platos los
puede romper": sólo se equivoca quien QUIERE asumir el riesgo de ir más allá; QUIEN NO
SE HA ACOMODADO. De otro modo:
equivocarse implica acción, actuación, actividad,... TRABAJO.
No se trata de ser inconscientes; se trata de permitir
que quien cuenta con unos requisitos mínimos (formación,
experiencia,...) aprenda actuando. Por ello hablo del DERECHO A INTENTARLO, del DERECHO A EQUIVOCARSE.
Y si queremos que l@s profesionales de nuestra
organización den su máximo, crezcan y desarrollen todas sus capacidades, debemos permitirles que lo intenten y
asumir el riesgo de que el resultado del intento sea una equivocación.
PORQUÉ NO LES DEJAMOS EQUIVOCARSE.
a) POR PURO EGOÍSMO: nos
encanta ser imprescindibles y evitamos
que cualquier otra persona intente hacernos sombra; así que , excusándonos en
proteger los intereses de la empresa, nos
negamos en redondo a dejarles subir al escenario.
Aunque,
a
veces, lo hacemos aún peor: exponemos deliberadamente a una persona al
fracaso, para convertirnos en l@s
salvapatrias de turno.
Eso
sí, luego se nos llena la boca diciendo aquello de "tengo que ocuparme yo
de todo, no me dejan descansar,.....".
c) POR PATERNALISMO MAL ENTENDIDO: nos convertimos en una gallina clueca que
pretende proteger a toda costa a sus polluelos.
No les dejamos equivocarse para que no sufran, porque si lo pasan mal,
habremos fracasado como líderes, jef@s o
responsables del equipo.
DEJÉMOSLES EQUIVOCARSE.
De acuerdo con el viejo dicho,
sólo el que toca platos los puede romper: sólo se equivoca quien quiere asumir el riesgo de ir más allá; quien no
se limita a mirar. De otro modo:
equivocarse implica acción, actuación, actividad,... TRABAJO. Por tanto, reconozcamos que
equivocarse tiene ventajas:
* EL ERROR ES UNA GRAN FUENTE DE INFORMACIÓN.
De acuerdo con el viejo dicho, sólo el que
toca platos los puede romper: sólo se
equivoca quien quiere asumir el riesgo de ir más allá; quien no se limita a
mirar. De otro modo:
equivocarse implica
acción, actuación, actividad, iniciativa, ... TRABAJO.
Tras el error, deberemos evaluar, repasar,
tanto el resultado en sí
como el proceso que nos ha conducido a ese final. Y con ello, debemos responder, al menos, a tres
preguntas básicas:
1.
qué ha fallado;2. porqué se ha fallado (factores internos/externos, inadecuación /falta de recursos, ...);
3. porqué no se ha detectado antes de llegar al resultado final,....
* ES UN ELEMENTO DE CRECIMIENTO/MADUREZ
PERSONAL. Cuando alguien
se ha equivocado debemos dejarle que lo
reconozca, que asuma las consecuencias y que actúe para corregirlo o,
al menos, para minimizar los daños.
Porque el derecho
a equivocarse tiene una obligación correlativa:
"dar la cara". Y para
esto también hay que estar preparado/a.
* PERMITE CONSTRUIR EQUIPO. Si bien es labor de cada persona aprender
a "dar la cara", durante ese itinerario no debe estar sola: el equipo (y la
organización) deben acompañarla y
apoyarla, haciéndole ver los puntos positivos que pueda tener a
su favor (iniciativa, asunción de nuevas funciones...). Así, el aprendizaje
será compartido y, además, reforzaremos la necesaria unidad e identificación
del grupo.
En conclusión: debemos permitir, incluso fomentar, el
ejercicio del derecho al error. Ahora
bien: en la misma medida debemos exigirles que se cumpla con la obligación de asumir y rectificar la
equivocación.