Como decimos por
aquí, Donald Trump "promete"; es decir, vamos a tenerlo hasta en la sopa durante
un buen período de tiempo. Y, durante ese período, asistiremos -impotentes,
indignad@s y boquiabiert@s- a todo lo que se le ocurra decir.
Pero ¿nos durará esa sensación
de impotencia e indignación... o
terminaremos acostumbrándonos a que este señor vaya escalando en su nivel de
absurdeces, intolerancias, xenofobia, ambición,....?
¡¡YO NO QUIERO ACOSTUMBRARME¡¡. Porque acostumbrarse a algo es admitir que
ese algo es "normal"; porque acostumbrarse a este tipo de actitudes
equivale a estar anestesiada, a subir mi nivel de tolerancia ante conductas que
chocan con mis principios, a dar la espalda a quienes han luchado por avanzar.
El Señor Trump, su ideario, su forma de ver la vida, ha
ganado,.... sin el apoyo mayoritario de la ciudadanía, cierto; pero ha ganado
de acuerdo con las reglas aprobadas y aceptadas por el pueblo estadounidense. ¡¡Nada que objetar¡¡.
Pero eso no quiere decir que
debamos aceptar y tolerar todo lo que él
o su equipo hagan o digan; eso no quiere decir que no tengamos derecho a
mostrar nuestra disconformidad y a plantarle cara, a través de cauces democráticos y pacíficos.
La ciudadanía debe conocer el
poder que tiene y cómo ejercerlo. Hemos
de empoderarnos y hemos de aprender a exigir responsabilidades a aquéllos que están
donde están gracias a que así lo hemos decidido y que, por ello, deben
rendirnos cuentas.
Buena y consciente semana.