Si en las relaciones familiares hay una
figura que se identifica mayoritariamente con problemas es la de la SUEGRA.
Pronunciar esa palabra suele evocar una imagen mental de señora mayor,
entrometida, intolerante, de mal carácter,....... Y eso en los casos menos
exagerados.
Poc@s
reconocen llevarse bien con ella; y mucho menos tenerle un mínimo de afecto. La
suegra es ese personaje incómodo al que hay que aguantar por narices o, cuando
menos, por una necesidad de reciprocidad: yo "aguanto" a la
madre de mi pareja para que mi pareja "aguante" a mi
madre.
Y con esos topicazos vivimos, sin
cuestionarlos ni intentar modificarlos. Incluso yo creo que las mujeres tenemos
tan asumido ese estereotipo, que nos esforzamos (nos esforzaremos) por llegar a
desempeñar el rol absolutamente opuesto.
Fuente cumbresborrascosas.info
Pues bien, con el jefe/la jefa pasa lo
mismo: la mayoría incurrimos en el topicazo de que nuestro jefe o nuestra
jefa son el ejemplo perfecto y paradigmático de la intolerancia, la distancia, casi la tiranía
y, desde luego, la antipatía. Tenemos
que soportarlo sin más remedio y
suplicamos porque sus visitas a nuestra casa (reuniones, llamadas,
etc.......) sean escasas en el tiempo y cortas en su duración.
¿Y
si un día nosotr@s nos convertimos en jefes o jefas?. ¿Haremos algo para borrar esa imagen, para
convertirnos en el extremo opuesto a la persona a la que estamos "soportando" diariamente?.
¿Somos capaces de entender los motivos que le llevan a actuar de una u
otra forma?. Y ¿de verdad nuestr@
jefe/jefa es tan mal@ como lo pintamos?.
Al
igual que ocurre con tu suegra, la presencia de tu jefe/jefa en tu vida diaria
es inevitable y, obviamente, las relaciones personales no se construyen siempre
en base a la simpatía; no puedes apreciar a una persona sólo porque esté ahí.
Pero,
dado lo inevitable, si te conviene adoptar
trucos o técnicas para -cuando menos-
mantener una relación cordial, educada
con tus jefes y/o jefas, evitando en lo posible vivir en un infierno.
1.- Valora: ¿lo que quieres cambiar es tan importante como
para arriesgarte a crear una situación incómoda?. ¿De verdad no puedes
soportarlo?. ¿No hay nada que compense?.
No
se trata de agachar la cabeza y pasar por el aro. Se trata de ver los pros y
contras de cada situación, haciendo un
balance y obteniendo unos resultados, EN FRÍO, a partir de los cuales se decida actuar o
dejar las cosas como están.
A veces, el asignar un rol a una persona
implica crear un estereotipo inamovible y alejado de la realidad. ¿Encajas tú a la perfección en el estereotipo
del/la empleado/a quejica o floj@, pasota, irresponsable.....?
Recuerda
que pertenecer a generaciones, círculos o ámbitos educacionales distintos puede
marcar grandes diferencias entre las
personas; ni malas ni buenas, diferentes.
Por ello, procura detectarlas y aceptarlas antes de pretender dar un giro de
360º a la situación.
4.- Tienes otra vida: sé que, a veces, desconectar
totalmente del trabajo es imposible.
Pero regodearse en la pena es lo contrario a cualquier hábito de higiene
mental. ¿Te sirve de algo más que para
un desahogo momentáneo andar dándole vueltas todo el rato a lo mismo?. Si
intentas desconectar, si procuras
quitarle importancia a ese gesto de tu jef@, evitarás convertir un defecto en
un fuente de conflictos permanente.
5.- Habla y escucha: muchas veces nos quejamos de
las cosas ante personas que no tienen el poder de solucionarlas. ¿Has probado a
decirle a tu jefa/jefe lo que te molesta de su trato o lo que tú crees que es
mejor para el negocio?. ¿Has intentado
hacerle llegar tus puntos de vista, tus sugerencias?.
Desde
luego, actúa con educación y prudencia al exponer tus quejas y sugerencias
(sobre todo si tienen un carácter no estrictamente laboral), buscando el momento más adecuado, y sobre todo, el tono más cordial posible.
Sería perfecto, en lo posible, buscar un momento fuera de la oficina en los que
amb@s os sintierais relajad@s. Y, claro está, hazle ver que tu intención no es
dominar la situación, ni reclamar una atención especial ni imponerte.
Pero desde luego tienes que estar dispuest@
a la retroalimentación: quizás a tu jefa/jefe también hay cosas de ti que
no le gustan.
Tampoco le digas que a tu compañer@ le trata mejor que a ti o en la forma en que
a ti te gustaría ser tratado. Si lo
haces, seguro que te devolverá un argumento en el que tú serás el/la malo/mala
y que le ayudará a justificar esa diferencia.
COMO SIEMPRE, PIDO TU COLABORACIÓN: ¿QUÉ TRUCOS USAS TÚ PARA LLEVARTE BIEN CON TU
JEFE/JEFA?.
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