Para algunas personas, hablar de organizaciones horizontales o planas equivale a hablar de anarquía o de
ausencia de todo poder, liderazgo o disciplina. Y nada más lejos de la
realidad,...... al menos cuando las cosas se hacen bien.
Porque
considerar que una organización horizontal es una lucha
de egos (que
pretenden imponer sus propios criterios) o una dejadez
de responsabilidades
(no hay "jef@s", no hay que dar cuentas a nadie) es no entender nada. Me explico:
1.- Horizontalidad no es ausencia de liderazgo o de
jerarquía.
a)
Siempre habrá un LÍDER (que no
un/a "jefe/a" en el sentido
más tradicional del término), porque siempre se requerirá una persona que
defina los objetivos finales a alcanzar
(que deben pactarse con el equipo);
se necesitará constantemente un supervisor o supervisora que impulse la
consecución del objetivo grupal y que motive al equipo,,...... Es decir, siempre se
requerirá un/a guía.
b) Incluso pueden y deben existir vari@s
líderes/as:
* el/la líder aglutinador/a
o coordinador/a, que asumirá esa función principal de guía o
conductor del equipo y supervisará tanto la marcha de los objetivos prefijados
como el buen funcionamiento del grupo;
* el líder/ la
líder de cada proyecto o, incluso,
de cada fase del proyecto que se acomete; es decir, se crearán liderazgos
"rotatorios".
Esto, lejos de ser un problema, debe ser una gran ventaja:
compartir el estrellato puede ser una buena cura de humildad y, sobre todo,
permitirá crear un equipo más cohesionado, en el que cada miembro conocerá su propia
importancia.
2.- Horizontalidad no implica ausencia de responsabilidad individual.
a) Cooperación y colaboración. Para que el líder no sea quien ordena y manda, sino quien guíe y coordine, es
necesario que su equipo le muestre su compromiso y le preste cooperación y
colaboración.
b) Para ello, cada persona del equipo o
de la organización deberá asumir toda la
responsabilidad tanto por las funciones propias de su trabajo
como por la consecución del objetivo grupal: nadie debe esperar a recibir una orden para
actuar, sino que cada miembro debe saber cuándo y cómo ponerse en marcha.
c) Es decir, las ventajas de libertad
y autonomía que deben derivarse de
una organización horizontal, tienen una contrapartida: OBLIGAN
a cada uno de los miembros a asumir sus obligaciones en pro del objetivo
común que les une.
d) Además, la posibilidad de que exista
ese liderazgo "rotario" y
que cada miembro deba asumirlo en uno u otro
momento, convierte a cada persona en socio
del proyecto común (compromiso).
Todo grupo humano requiere unas
normas de funcionamiento, y las organizaciones horizontales no pueden ser
menos. Pero el tener un sistema de mando
menos rígido, presenta varias ventajas:
a) se eliminan reglas o sistemas más burocráticos
que útiles: la cercanía del líder-guía con el equipo hace innecesaria la existencia
de personas interpuestas que actúen como transmisores de mensajes, peticiones y
autorizaciones;
b)
las reglas pueden revisarse casi sobre la marcha, en función de las
necesidades concretas que vayan surgiendo;
c)
como consecuencia de lo anterior, la organización se mueve de forma más rápida
y activa, facilitándose enormemente la capacidad de respuesta ante los
cambios o incidentes que pueden surgir.
Foto Pixabay. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario