viernes, 12 de julio de 2013

POLIVALENTES Y ADAPTABLES.


 
                Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, polivalente es quién vale para muchas cosas. Y adaptable es quien es capaz de acomodarse o avenirse a diversas circunstancias, condiciones,.....
                Pues bien, parece que eso es lo que las empresas piden hoy a su personal y es lo que solemos leer en los CVs: polivalencia y adaptabilidad. Dicho de otro modo: que sepan/que sepamos  de todo o de casi todo y que sean/seamos capaces de rendir en las distintas circunstancias y condiciones  que se den en cada momento.

                Dada la situación laboral actual, para una empresa es facilísimo pedir casi lo imposible; no es una opinión mía, sino un hecho confirmado, día a día,  por los anuncios de vacantes. Pero el problema no es lo que se pida: el problema es que se obtienen muchísimas respuestas a esas peticiones más o menos descabelladas.

                Así lo corroboran varios hechos:  "rebaja"  en los CVs, titulados superiores trabajando en puestos sin cualificación, horarios imposibles, sueldos no acordes ni a la categoría ni a las funciones reales,.....
                Y si hablamos del personal que ya formaba parte de la plantilla, la situación es similar: se les asignan más funciones porque hay menos personal, se les imponen nuevas condiciones laborales  - a veces leoninas-, se piden objetivos casi inalcanzables, etc., .....

                Hemos cambiado los objetivos y prioridades, pasando de buscar a  "especialistas en",   a aspirar a tener a   "un/a especialista        en ... que sepa de.... o que realice funciones de.....". Pero ese cambio  ¿obedece a un criterio racional, justificable?.

                 No seré yo quien niegue las ventajas que la polivalencia y la adaptabilidad generan tanto en la empresa como en el/la profesional. Al contrario: soy una firme defensora del aprendizaje y la formación continuos y en distintos campos; eso sí, con las limitaciones reconocidas por nuestro refranero:  "aprendiz de mucho, maestro de nada".

                El problema lo encuentro en dos puntos muy concretos:
                1.- cuando la empresa se limita a exigir por exigir, aprovechando las circunstancias existentes pero sin ninguna visión de futuro: quiero a un titulado superior en un puesto de auxiliar de sala de bingo; quiero a un experto en Excel  y  que realice funciones comerciales.... (es lo que hay; lo tomo o sigo en la calle).

                Seguro que recibirá cientos de candidaturas al puesto, que cumplan ese perfil y que den mucho más. Pero ¿qué ocurrirá cuando acabe la crisis?; ¿podrá retener a ese/esa profesional o lo perderá?.
                 2.- Cuando la empresa no articula políticas de formación y promoción. En más de un 80% de las empresas, estás políticas no se han diseñado nunca o lo han sido de forma defectuosa;  por lo que se ha ido actuando a golpe de necesidad a corto plazo.

                Sin embargo, nos encontramos con la necesidad de endosar nuevas tareas a personas que nunca la habían realizado y que, en muchos casos, ni siquiera sabemos si están preparadas para realizarlas o si tienen tiempo material para asumirlas.

                Al igual que en el caso anterior, ese/a profesional aguantará el chaparrón lo mejor que pueda (hay que aguantar; mejor esto que el paro).  Pero llegará el momento en el que esta situación  no le compense y también eche a volar. ¿Cuánto costará buscar a otra persona con la misma experiencia, que nos ofrezca la misma confianza, que nos conozca tan bien....?.

 

                ¿QUÉ SE PUEDE HACER?.  Evidentemente, mientras la demanda de trabajo se mantenga en los actuales niveles, encontraremos candidat@s que acepten trabajos inferiores a su formación, experiencia,....  No es nada criticable a quién busca, al contrario; hay que alabarles que conviertan la necesidad en una virtud.
                Pero las empresas deben realizar (con la mayor antelación posible y con una visión de medio y largo plazo) un buen análisis del puesto para determinar el mejor perfil  posible de la persona que debe desempeñarlo. Sólo así conseguirá un/a profesional con posibilidades  -al menos iniciales-  de seguir allí en un futuro, que se sienta y quiera sentirse parte de la organización por algo más que satisfacer rápidamente una necesidad concreta..... Si luego encuentra a candidat@s capaces de ofrecer algo más, mucho mejor. Pero OJO: si lo pido, tengo que pagarlo.

                De otro lado, es cierto que la crudeza de esta crisis no se ha visto venir, sino que nos hemos dado de bruces con ella. Pero si, además de lo anterior,  hubiéramos tenido planes de formación y promoción adecuados, revisados y actualizados con cierta periodicidad, quizás el impacto hubiera sido menor.
                No es de recibo encontrarse proyectos o asuntos paralizados por que la persona  "que los lleva"  está de vacaciones o de baja y nadie más puede hacerlo.  ¿Qué clase de atención al cliente, qué calidad es esa?.

                Les decimos a quienes buscan trabajo que indaguen en las vacantes para ver en qué falla su formación, les pedimos que adquieran conocimientos sobre las profesiones más demandadas; les decimos a los miembros de nuestra plantilla que deberían adquirir o aumentar sus conocimientos en esta u otra materia, .... Eso está muy bien. Pero también tenemos que dejar recados a las empresas:
         - Planifica las posibles sustituciones;
        - Haz un adecuado análisis y valoración de los puestos de tu empresa;

         - Diseña, ejecuta y revisa los planes de formación y promoción de tu personal;
         - Busca al mejor profesional para ese puesto, por encima de modas, deseos y pretensiones poco realistas;

         - Si quieres profesionales polivalentes y adaptables, ofréceles las herramientas necesarias;

          - No castigues al  "bueno"  cargándole con las tareas que otr@s no pueden o no quieren hacer, o asignándole nuevas responsabilidades que lo quemen.

               

 

 

 

 

 

 

 

               

 

               

 

 

 Y desde la óptica del/ de la profesional: ¿soy o puedo ser polivalente y adaptable?.

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