Desayuno leyendo un informe
llamado "Crisis y contrato social. Los jóvenes en la sociedad del futuro", elaborado por el Centro de Arte
Reina Sofía y la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción. Dicho Informe
(realizado con personas de entre 18 y 24 años) contiene datos muy alarmantes:
- El 84,9% % considera muy o
bastante probable tener que trabajar en lo que sea;
- un 61,7% considera igual de
probable tener que irse al extranjero para trabajar;
- y el 79,2% cree que para trabajar necesitarán un mayor
formación;
- el 48,6% de estos jóvenes aceptaría cualquier trabajo, en cualquier
lugar e incluso con un sueldo bajo;
- el 80% de l@s encuestad@s cree que "a pesar de esta disponibilidad, .... al
menos en un futuro próximo, tendrá que depender económicamente de su familia".
Por desgracia, este miedo y pesimismo, esta sensación de
inseguridad, no es exclusiva de este colectivo de edad: tod@s sabemos que
los mayores de 40 años constituyen
otro colectivo muy castigado por el desempleo, la bajada de salarios,.... Ell@s también
están dispuestos a salir al extranjero, a trabajar de lo que sea y en las
condiciones que sean.
No quiero ser pesimista sino al contrario, realista
y optimista: los malos tiempos se dan en todas las edades y condiciones
sociales. Por tanto, necesitamos, PARA AYER, medidas que potencien el empleo en
todos los sectores demográficos.
Decir
que el empleo es el motor de la economía
es algo tan cierto como repetido. Y aquí quiero llegar. ¿Qué estamos haciendo, cada uno y cada de los
que tenemos posibilidades, para crear/crearnos empleo?.
Porque
claro: esperar a que otr@s lo hagan por
nosotr@s, llamar a las puertas de las Administraciones Públicas demandando
amparo,.... ya estamos viendo que no nos
está llevando a nada (y ojo: que
no digo que las legislación actual no tenga una buena parte de culpa de lo que
está pasando, ni que las políticas sobre empleo y emprendimiento sean, ni
siquiera mínimamente, adecuadas para crearlo).
Hablo,
por tanto, de que tenemos que reeducarnos para trabajar/seguir
trabajando, cualquiera que sea nuestra edad. Y para esa reeducación necesitamos un nuevo temario, nuevas ideas, nuevas actitudes de
partida y nuevas prácticas. Porque, no nos engañemos, ya nada es como era (y mucho menos como quizás nos gustaría que
fuera).
Anoche
leí un maravilloso artículo de Sonia
Rodríguez Muriel, llamado "Algunas reflexiones sobre el futuro laboral"
que descubre muchas de las pautas necesarias para este cambio, para esta
reeducación.
Sonia
señala "...... para
las personas que prefieren entregar las riendas de su vida al jefe o a la
empresa y que sean estos los que tiren del carro, me temo que no son buenas
noticias". Y esta es, a mi juicio, la clave, el punto de partida: nadie
va a venir en su caballo blanco a sacudirnos miedos, nadie nos va a dar la
estabilidad que buscamos (si es que existe), nadie nos va a arropar.
Sé
perfectamente que no tod@s queremos -ni
estamos preparad@s para- ser emprendedor@s ni autónom@s, ni
empresari@s. También sé que, por mucho que quieras serlo, tendrás pocos apoyos "oficiales o externos". Vale,
toda la razón.
Pero
también sé que hay otras muchas fórmulas igualmente útiles y aprovechables:
¿te suena el crowdfunding, las sociedades
civiles, cooperativas,.....?. Y lo
puedes hacer aquí, en Pekín, en Caracas o
en Fernando Po. ¿Has oído hablar de la conectividad global, de internet,....?
Por
tanto, lo único
que necesitas
es poner lo que ya tienes, ese valor que sólo tú tienes: tu
imaginación, tus ganas, tu esfuerzo. ¿Qué
eso no era lo que tú esperabas?. Seguramente. Pero no te queda otra que
asumirlo y buscar tu nicho...... ¿o prefieres seguir quejándote y esperando?.
¿Fácil?. Claro que no. Muy, muy duro.
Pero ¿no es esto mejor que nada?. Me
dirás ¿y de dónde saco las ideas?.
Es que no sólo hay que tener una idea: puedes unirte a la de otr@ y adoptarla
como propia para que funcione y ganéis amb@s.
Y señores
empresarios/señoras empresarias: ustedes también pueden hacer mucho. No valoren edad, sino talento y
capacidad; no valoren balances, sino personas; no
se encojan de hombros ni se refugien en que "es lo que hay". ¡¡¡PRÍNGUENSE
y, sobre todo, ABRAN BIEN LOS OJOS¡¡¡¡¡.
¡¡¡Qué moderno, guay y barato resulta tener
un TRADE¡¡¡¡. ¡¡¡Cuántos riesgos dejamos
de asumir (bajas, períodos de
disminución de trabajo, obligaciones formativas....)¡¡¡¡ Pero ¿es sostenible
económicamente (independientemente de la ética) un país de TRabajadores
Autónomos Dependientes Económicamente?.
Porque recuerden: necesitan el talento,
la aptitud y la capacidad de las personas para salir adelante, no sólo los
números. Si
tuviesen una enfermedad grave o rara ¿a
qué médico recurrirían, al más barato o al más experimentado?. El dicho popular de toda la vida: lo
barato puede salirles muy caro.
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