Este domingo participé en una
carrera popular de 5 km. Se trataba de
una carrera “no competitiva”; es decir,
que aunque llegaras la primera o el primero,
no te llevabas ningún premio ni reconocimiento expreso.
A pesar de ese carácter, allí estábamos un grupo de pirad@s, intentando acabar con la mayor dignidad posible. Y cuando vas asfixiada camino de
la meta y ves que hay varias personas que hacen trampa descaradamente, ….. que intentan recortar la distancia que les
queda para ahorrarse unos 300, 500 metros, …. la verdad es que te entran ganas de pararte a
decirles algo.
Pero, por otro lado, la
deformación profesional te hace centrarte en otra reflexión: esta pandilla de trampos@s ¿no piensan que les vemos, que les podemos
identificar con nombre y apellido?; ¿no se dan cuenta de la imagen que me están vendiendo?.
Es como si, de pronto, nos
olvidásemos de nuestra vida 1.0, de nuestro perfil no virtual; como si
creyésemos que sólo dejáramos huella en las redes sociales; en resumen, parece que consideremos que en el ámbito no virtual –al
tener un público más reducido- nuestros
actos no fueran relevante.
Grave error: todo cuenta. TO-DO. Y, además, cuenta todo
lo que hagamos en cada uno de los escaparates en los que –de una u otra forma, con mayor o
menor nivel de conciencia- nos expongamos. EN TO-DOS.
Como muestra un botón: acuérdate que llevas colgado un dorsal con un
número (y, a veces, número y nombre) que te identificará en la clasificación, y
que quizás haya fotos que te hayan pillado en plena acción.
Foto: Pixabay |
Quizás pienses que soy muy exagerada y que este tipo de “hazañas”
son meras tonterías, bromas entre amig@s, con la única intención de
echarse unas risas….. Vale, es cierto: nadie se quedó sin premio o sin comer
por culpa de es@s “listill@s”.
Así que, a modo de resumen, te
propongo que recuerdes estas sencillas reglas para manejarte en tu vida diaria:
1.- Todos tus actos tienen consecuencia, de mayor o menor gravedad, con más o menos trascendencia, en
uno o en varios ámbitos,…
2.- Estamos en un escaparate permanente, y no sólo desde que encendemos el ordenador: cualquier contacto que
tengas con otra persona está hablando de ti.
3.- El tamaño del escaparate no afecta a las consecuencias,
porque nunca se sabe ni quién te
estará “viendo”, ni que está buscando cuando te ve, ni qué consecuencias sacará.
4.- No se trata de vivir encorsetad@s, simplemente se trata de asumir y valorar que
rara vez estarás en una esfera absolutamente privada. Y cuando lo estés, ¡¡DISFRÚTALA¡¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario