Hace poco he leído un muy
interesante artículo llamado
"Pero vamos a ver, realmente, ¿qué
puñetas ES la curación de contenidos (y qué no lo es)"?, escrito por Antonio Villa. Y
su lectura me ha inspirado este post.
Vayamos por partes.
Según Antonio, la curación de contenidos "es la labor realizada por alguien (el curador) que
continuamente encuentra, agrupa, organiza, valora y comparte online el mejor y
más relevante contenido de un tema concreto". Y añade que dos de los puntos básicos de la curación son:
- centrarse en un asunto determinado;
- adoptar una visión crítica,
discriminatoria y selectiva, buscando lo mejor y lo más relevante.
Adaptando esta definición al
ámbito de la gestión de personas, creo que quiénes nos dedicamos a estas
labores debemos convertirnos en "CURADORES DE
TALENTO". Es decir, debemos
convertirnos en profesionales que:
a) encontremos
el talento: debemos formarnos (seguir formándonos) para detectar
dónde está el verdadero talento. No hablo de las nuevas formas de reclutamiento
(que también), sino -sobre todo- de aprender a reconocer el talento en forma de
nuevas actitudes, nuevos valores, nuevas formas de entender y hacer,.....
b) agrupemos y
organicemos el talento: hay
que crear equipos de talento. No basta con saber encontrar un/a único/a líder
talentoso, para ponerl@ al frente de un equipo obediente y entregado.
Al
igual que consideramos ya obsoletas e inútiles las figuras piramidales para la
dirección, creo que las estrellas (las
individualidades) del equipo sobran; porque
si la estrella se va,..... ¿cuál es el futuro del grupo?.
Por
tanto, debemos esforzarnos por lograr que tod@s l@s integrantes de un equipo tengan
talento; no tod@s el mismo, evidentemente. Organizar y agrupar el talento deben significar,
también, ser capaces de sumar talentos
distintos para alcanzar el objetivo.
Quiénes
nos dedicamos al reclutamiento sabemos que, hoy por hoy, hay muchas personas
dispuestas a trabajar en lo que sea y casi por lo que sea. Igual que sabemos
que, en algunos casos, pagar lo que se
pagaba antes es materialmente imposible. Pero no nos engañemos: lo bueno hay
que pagarlo.
Ahora
bien, retribuir no sólo es dar X euros al mes; hay muchas formas de pagar para
satisfacer y retener el talento que queremos. Sólo nos hace falta adoptar una
visión más amplia y abierta de cómo conseguir el compromiso del talento.
Y
no olvidemos una cosa: RECONOCER EL TALENTO (felicitar al que lo
tiene) PUEDE QUE NO SEA PAGARLO, PERO SÍ ES EVITAR QUE HUYA.
* Difundir el conocimiento y
talento: ¿quién es más útil en una empresa, el experto en una única cosa o
el que domina un área pero también es capaz de suplir a otra persona en
circunstancias concretas?.
Es cierto que se puede recurrir a
talento externo (y yo soy una gran
partidaria de la externalización). Pero
no para todo y mucho menos para siempre.
Pero también, ayúdales a formarse en
otras materias de su interés, aunque no estén estrictamente relacionadas con
sus funciones.
Y fundamental (en mi opinión): evita que el talento se acomode. Es
necesario ofrecerle desafíos casi diarios para que se desarrolle y crezca.
En todos los casos, debes realizar un
estudio personalizado de necesidades e intereses, porque cada persona tiene una
carencia y/o una afición concreta. Porque en materia de talento, como en muchas
otras, lo estandarizado no funciona.
Y
si, como dice Antonio, dos de los
puntos básicos de la curación son: centrarse en un
asunto determinado y adoptar una visión
crítica, discriminatoria y selectiva (buscando
lo mejor y lo más relevante), debemos:
Centrarnos en averiguar qué tipo de talento
queremos para cada proyecto: no todos los talentos son
iguales ni sirven para lo mismo; no
cualquier talento, por muy maravilloso que sea, será útil para nuestro
objetivo.
Por ello, l@s
profesionales de Recursos Humanos debemos adoptar un enfoque crítico y selectivo a la hora de
cazar y retener el talento; a
veces, valorar adecuadamente un talento
es dejarlo escapar, para permitir que se desarrolle en vez de atrofiarlo.